Nos deja su experiencia, su pasión por Pelayo y uno de sus grandes placeres, el gusto por la lectura.
También echaremos de menos su dedo índice que tanto lo usaba, sus airosos discursos y su interés por tenerlo todo controlado... Y es que esta pequeña escuela, como él denomina, guardará muchos de los destellos de tantos y tantos compañeros/as que dejan parte de su vida entre estas paredes.
Gracias por todo maestro. Disfruta esta nueva etapa, tú que puedes.
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Una representación de la AMPA entregando algunos obsequios.
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